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- Dr.David R. Hawkins - Dejar ir - Extracto

Un día en contemplación, la mente dijo:
"¿Qué nos pasa?"
"¿Por qué no somos siempre felices?"
"¿Dónde están las respuestas?"
"¿Cómo abordar el dilema humano?"
"¿Me he vuelto loco o se ha vuelto loco el mundo?"
La solución a cualquier problema parece sólo traer un alivio breve, ya que es
la base del problema siguiente.
"¿Es la mente humana una jaula oculta desesperada?"
"¿Todo el mundo está confundido?"
"¿Sabe Dios lo qué Él está haciendo?"
"¿Ha muerto Dios?"
La mente siguió parloteando:
"¿Alguien tiene el secreto?"
No te preocupes; todo el mundo está desesperado. Parece que para algunos
está bien. "No puedo ver el porque de todo este alboroto", dicen. "La vida parece
sencilla para mí." ¡Tienen tanto miedo que ni siquiera pueden verlo!
¿Y qué pasa con los expertos? Su confusión es más sofisticada, envuelta en
impresionante jerga y elaboradas construcciones mentales. Tienen sistemas de
creencias predeterminados dentro de los cuales intentan aplastarte. Parece que
funcionan por un tiempo y, luego, de vuelta al estado original.
Antes solíamos contar con las instituciones sociales, pero ya ha pasado su
momento; ya nadie confía en ellas. Ahora hay más organismos de control que
instituciones. Los hospitales son controlados por múltiples agencias. Nadie tiene
tiempo para los pacientes, que se pierden en la confusión. Mira los pasillos. No hay
médicos ni enfermeras. Se encuentran en las oficinas haciendo el papeleo. Toda la
escena está deshumanizada.
"Bueno", dices, "tiene que haber algún experto que tenga respuestas."
Cuando tienes molestias, vas al médico o al psiquiatra, a un analista, a un trabajador
social, o a un astrólogo. Te haces de una religión, entiendes la filosofía, vas a
Seminarios de Entrenamiento Erhard (est, siglas en inglés) o te das un empujoncito
con las EFT (Técnicas de Liberación Emocional). Equilibras los chakras, pruebas la
reflexología, acudes a la acupuntura en la oreja, a la iridología, a la sanación con
luces y cristales
Meditas, cantas un mantra, tomas té verde, pruebas con los Pentecostales,
aspiras fuego y hablas en lenguas. Consigues centrarte, aprendes PNL, intentas las
realizaciones, trabajas las visualizaciones, estudias psicología, te unes a un grupo
Junguiano. Te Rolfean, pruebas los psicodélicos, la lectura psíquica, corres, haces
jazzercicio, te haces una colonia, te interesas por la nutrición y el aerobic, te cuelgas
boca abajo, llevas joyas psíquicas. Consigues mayor intuición, bio- feedback, terapia
Gestalt.
Visitas a tu homeópata, quiropráctico, y naturópata. Pruebas la kinesiología,
descubres tu Eneagrama tipo, equilibras tus meridianos, te unes a un grupo de
elevación de la conciencia, tomas tranquilizantes. Consigues algunos chutes de
hormonas, pruebas las sales de células, equilibras tus minerales, ruegas, suplicas e
imploras. Aprendes la proyección astral. Te haces vegetariano. Comes solamente
repollo. Pruebas la macrobiótica, lo orgánico, no comes OGM. Te reúnes con
curanderos Nativos Americanos, haces una cabaña de sudación. Pruebas las
hierbas chinas, la moxicombustión, el shiatsu, la acupresión, el feng shui. Vas a la
India. Encuentras a un nuevo gurú. Te quitas la ropa. Nadas en el Ganges. Miras
fijamente al sol. Te afeitas la cabeza. Comes con los dedos, te vuelves realmente
sucio, y te duchas con agua fría.
Cantas cantos tribales. Revives vidas pasadas. Tratas la regresión hipnótica.
Gritas un grito primario. Golpeas las almohadas. Haces Feldenkraised. Te unes a un
grupo de encuentros matrimoniales. Vas a Unity. Escribes afirmaciones. Haces un
esquema de visión. Pruebas el renacer. Tiras el I Ching. Tiras las cartas del Tarot.
Estudias Zen. Tomas más cursos y talleres. Lees montones de libros. Haces el
análisis transaccional. Recibes clases de yoga. Entras en el ocultismo. Estudias
magia. Trabajas con un kahuna. Haces un viaje chamánico. Te sientas debajo de
una pirámide. Lees a Nostradamus. Te preparas para lo peor.
Vas a un retiro. Ayunas. Tomas aminoácidos. Consigues un generador de
iones negativos. Te unes a una escuela de misterios. Aprendes el apretón de manos
secreto. Pruebas la tonificación. Pruebas la terapia de color. Pruebas las cintas
subliminales. Tomas enzimas cerebrales, antidepresivos, remedios florales. Vas a
balnearios de salud. Cocinas con ingredientes exóticos. Buscas extrañas rarezas
fermentadas de lugares lejanos. Vas al Tíbet. Vas a la caza de hombres santos.
Juntas las manos en un círculo y te mareas. Renuncias al sexo y a ir al cine. Vistes
túnicas amarillas. Te unes a una secta.
Pruebas las infinitas variedades de psicoterapia. Tomas medicamentos
milagrosos. Te suscribes a un montón de revistas. Pruebas la dieta Pritikin. Comes
sólo pomelo. Te leen la palma de la mano. Piensas como los de la Nueva Era.
Mejorar la ecología. Salvar el planeta. Te leen el aura. Llevas un cristal. Obtienes
una interpretación astrológica sideral Hindú. Visitas a una trans- medium. Vas a
terapia sexual. Pruebas el sexo Tántrico. Eres bendecido por algún Baba. Te unes a
un grupo de anónimos. Viajas a Lourdes. Te sumerges en aguas termales. Te unes
a Arica. Usas sandalias terapéuticas. Te enclaustras. Consigues más prana y
exhalas la negra rancia negatividad. Pruebas la acupuntura con agujas de oro. Le
echas un vistazo a la vesícula biliar de las serpientes. Intentas la respiración chakra.
Te limpian el aura. Meditas en Keops, la gran pirámide de Egipto.
Ustedes han intentado todo esto, ¿que dicen? ¡Oh, la humanidad!
¡Maravillosa criatura eres! ¡Trágica, cómica y sin embargo tan noble! ¡Tanto coraje
para seguir buscando! ¿Qué nos impulsa a seguir buscando una respuesta? ¿El
sufrimiento? Oh, sí. ¿La esperanza? Por supuesto. Pero hay algo más que eso.16
Intuitivamente, sabemos que en algún  hay una respuesta definitiva.
Tropezamos en caminos oscuros, en cul-de-sacs y callejones sin salida; Somos
explotados y llevados, estamos desilusionados y hartos, y seguimos intentándolo.
¿Dónde está nuestro punto ciego? ¿Por qué no podemos encontrar la
respuesta?
No entendemos el problema; por eso no podemos encontrar la respuesta.
Tal vez sea ultra sencilla, y es por eso que no la podemos ver.
Tal vez la solución no esté "allí fuera", y por eso no la podemos encontrar.
Tal vez tengamos tantos sistemas de creencias que estamos ciegos a lo
obvio.
A lo largo de la historia, algunos individuos han alcanzado una gran claridad y
han experimentado la solución definitiva a nuestros problemas humanos. ¿Cómo
llegaron allí? ¿Cuál fue su secreto? ¿Por qué no podemos entender lo que tenían
que enseñar? ¿Realmente es casi imposible o próximo a la desesperanza? ¿Qué
pasa con la persona común que no es un genio espiritual?
Multitudes siguen caminos espirituales, pero escasos son los que finalmente
tienen éxito y se dan cuenta de la verdad última. ¿Por qué es así? Seguimos rituales
y dogmas, y celosamente practicamos la disciplina espiritual, ¡y nos estrellamos de
nuevo! Incluso cuando funciona, el ego rápidamente viene y nos atrapa con el
orgullo y la presunción, pensando que tenemos las respuestas. Oh, Señor,
¡Sálvanos de los que tienen las respuestas! ¡Sálvanos de los rectos! ¡Sálvanos de
los benefactores!
La confusión es nuestra salvación. Para los confundidos, todavía hay
esperanza. Aférrate a tu confusión. Al final es tu mejor amiga, tu mejor defensa
contra la naturaleza moribunda de las respuestas de los demás, contra el ser violado
por sus ideas. Si estás confundido, sigues siendo libre. Si estás confundido, este
libro es para tí.¿Qué hay en este libro? Habla de un método sencillo para alcanzar una gran
claridad y en el camino, trascender tus problemas. No es mediante la búsqueda de
las respuestas, sino mediante el deshacer la base del problema. El estado
alcanzado por los grandes sabios de la historia está disponible; las soluciones están
en nosotros y son fáciles de encontrar. El mecanismo de la entrega es sencillo y la
verdad es evidente de por sí. Funciona en la vida cotidiana. No hay dogma ni
sistema de creencias. Lo verificas todo por ti mismo, así que no puedes ser
engañado. No tienes que depender de ninguna enseñanza, sigue el dictamen
"Conócete a ti mismo"; "La verdad os hará libres"; y "El reino de Dios está en
vosotros" Funciona para el cínico, para el pragmático, para el religioso y para el ateo.
Funciona a cualquier edad o pasado cultural. Funciona por igual para la persona
espiritual y para la persona no espiritual.
Debido a que el mecanismo es de tu propiedad, nadie te lo puede quitar.
Estás a salvo de la desilusión. Descubrirás por ti mismo lo que es real y lo que son
solo programas mentales y sistemas de creencias. Mientras todo esto sucede, te
volverás más saludable, más exitoso con menos esfuerzo, más feliz, y más capaz
del amor auténtico. Tus amigos reconocerán la diferencia, los cambios son
permanentes. Ya no vas a dar un "subidón" para luego caer. Descubrirás que hay un
maestro automático dentro de ti.
Con el tiempo descubrirás tu Ser interior. Inconscientemente siempre supiste
que estaba allí. Cuando te encuentres con él, entenderás lo que los grandes sabios de la historia estaban tratando de transmitir. Lo entenderás porque la Verdad es
evidente por sí misma y está en tu propio Ser.
Este libro está escrito contigo, el lector, siempre en mente. Es fácil, no
requiere esfuerzo y es agradable. No hay nada que aprender o memorizar. Te
volverás más liviano y feliz a medida que lo leas. El material empezará
automáticamente a despertar en ti la experiencia de libertad a medida que leas las
páginas. Vas a sentir como los pesos se te van. Todo lo que hagas será cada vez
más agradable. ¡Te esperan unas sorpresas muy felices respecto a tu vida! ¡Las
cosas van a ir a mejor y mejor!
Está bien ser escéptico. Nos han llevado por el camino dorado antes, así que
sé tan escéptico como quieras. De hecho, es aconsejable evitar el entusiasmo
efusivo. Es una predisposición para una posterior decepción. Por consiguiente, en
lugar del entusiasmo, la observación tranquila te servirá mejor.
¿Existe tal cosa en el universo que te devuelva algo a cambio de nada? Oh,
sí, sin duda existe. Es tu propia libertad lo que has olvidado y lo que no sabes
experimentar. Lo que se te está ofreciendo no es algo que se tiene que adquirir. No
es algo que sea nuevo ni que esté fuera de ti. Ya es tuyo y sólo tiene que ser
despertado de nuevo y redescubierto. Se manifestará por su propia naturaleza.
El propósito de compartir este enfoque es simplemente el de ponerte en
contacto con tus propios sentimientos y experiencias interiores. Además, hay mucha
información útil que tu mente va a querer saber saber. El proceso de la entrega se
iniciará automáticamente, porque está en la naturaleza de la mente buscar alivio al
dolor y al sufrimiento y experimentar una mayor felicidad.



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