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domingo, 1 de diciembre de 2019

PERDONAR LA REALIDAD.-


La capacidad de perdonar lo que creemos que es real, es el reconocimiento de asumir que a pesar de sentirnos jueces para determinar que es real y que no, reconocemos que todo parte de un punto de vista interpretativo y no absoluto, por lo tanto siempre es una opción que puede variar, dependiendo de un criterio subjetivo.
Por lo tanto el perdón, no consiste en perdonar lo que otros te hicieron, sino la capacidad de perdonar la capacidad de creer en la realidad de lo sucedido, de esa manera solo te perdonas a ti mismo siempre, por la proyección hacia el exterior de lo que experimentas en tu interior.
Eso conlleva la apertura mental necesaria para soltar el concepto de que crees ser capaz de definir lo real, emitiendo un juicio el cual a su vez no pones en duda, asumiendo la posibilidad de que haya un error del cual no seas consciente, lo cual genera una duda razonable, capacidad necesaria para la apertura mental.
Crees vivir en un estado temporal, donde los factores de pasado presente y futuro tienen sentido y generan una situación transitoria y conceptual continua de forma progresiva, lo cual da la impresión de un estado de existencia evolutivo con origen y final.
Cuando el perdón se ejecuta como realmente es, suprime de la mente los conceptos que se hallan tan arraigados en ella, así como las creencias más ancestrales dejando de percibirse el tiempo como algo lineal, y cambiando a un concepto único, que comprende los tres estados temporales, accediéndose a un nuevo estado no temporal, donde lo que crees que sucedió, lo que parece suceder y lo que sucederá, pasa de ser lo real, a una opción que depende de una decisión. Y así, el tiempo colapsa, mostrándose como una totalidad y como el efecto de algo que aun no ha sucedido, reconociéndose gracias a la expansión de la mente, todo el efecto que generaría si tomases la decisión de formar parte de lo temporal, al reconocer una existencia a-temporal.
En el momento que reconoces lo que creías que había sucedido, como algo que aun no ha sucedido, es el instante en que puedes decidir de nuevo, recorrer un camino en el que sabes lo que va a suceder y las aparentes consecuencias de lo que crees que ello conllevara, o bien no adentrarte en ese portal donde la dimensión espacio-temporal opera de forma sistemática y en la ya no reconocerás ser el fruto de tu propia decisión.
Transcender el tiempo es el fruto del perdón, aunque tu ego intentara confundirte para que creas que el perdón consiste en perdonar ilusiones y así reforzar la creencia en su realidad que es una forma de auto-alimentación otorgando realidad a lo aparentemente real.


viernes, 22 de noviembre de 2019

PARAR LA MENTE.-

¿Se puede parar la mente?
La mente es pensamiento, si no pensase no existiría, por lo tanto parar la mente, no es dejar de pensar y es algo que se confunde muy a menudo y se interpreta como dejar la mente en blanco.
Es evidente que cada vez que vamos a dormir, la mente deja de tener consciencia de si misma, hasta el periodo en que surgen los sueños.
Cuando después de un largo proceso se logra "detener" la mente a través de la meditación o por procesos que debido a su intensidad provocan ese efecto, se produce la experiencia sin la cual no es comprensible el fenómeno.
La mente siendo "algo", que ni se puede precisar ni definir como "algo"opera con otras estructuras, como la memoria, los recuerdos, el tiempo y el espacio,lo que denominamos la realidad, el mundo etc..
es la interacción de varios elementos operando conjuntamente y dando como resultante una estructura que interactua mediante patrones y ciclos que se perciben y dan forma a un tipo de experiencia, que es lo que denominamos "la vida" tal como la conocemos y creemos entender.
Al detenerse la mente, sencillamente se observan todos los elementos por separado y sin interactuar, lo cual interrumpe la manifestación de la interacción del elemento "YO" con el entorno, generándose una especie de observador que carece de una identidad especifica así como de representación tanto física como de imagen,solo transciende la pura conciencia, la cual al
posicionarse en ese estado comprende como opera todo el sistema, a través de esa expansión de conciencia se puede observar la memoria como algo ajeno a uno mismo al haber desaparecido la identificación con la misma así como el pasado, que era el recurso necesario para generar el tiempo al desvincularse del pasado desaparece el futuro, y surge un presente continuo que sin la interacción de ambos, genera un presente que no puede ser modificado en estado de inmutabilidad.
De esa manera la mente sigue operando de forma consciente, pero la idea de saber "quien soy" ha desaparecido, siendo sustituida por un estado donde la "vida" no depende de nada orgánico ni material,y se entiende que somos mente y no materia. 

domingo, 6 de enero de 2019

LA ILUSIÓN DEL LIBRE ALBEDRIO.-

 Hasta ahora, nos identificábamos firmemente con nuestros deseos y buscábamos la libertad necesaria para cumplirlos. Cuando surgía una idea en nuestra cabeza, nos apresurábamos a obedecerla.
Pasábamos el tiempo corriendo como locos, espoleados, subidos a una furibunda montaña rusa de pensamientos, sentimientos y deseos, que hemos creído, erróneamente, que representaban nuestro libre albedrío.
 ¿Qué sucederá si dejamos de identificarnos con esa montaña rusa?
 ¿Qué sucederá cuando observemos con cuidado la próxima idea que surja en nuestra mente y nos preguntemos de dónde ha venido?
A veces la gente piensa que, si renunciamos al libre albedrío, nos volveremos completamente apáticos, nos acurrucaremos en un rincón y nos dejaremos morir de hambre. 
La verdad es que renunciar a este engaño puede despertar una profunda curiosidad.
Mientras nos identifiquemos firmemente con cualquier pensamiento y deseo que surja en nuestra mente, no necesitamos hacer grandes esfuerzos para conocernos. Pensamos que ya sabemos de sobra quiénes somos. 
Sin embargo, cuando uno se da cuenta de que “estos pensamientos no son míos, no son más que ciertas vibraciones bioquímicas”, comprende también que no tiene ni idea de quién ni de qué es. Y ese puede ser el principio de la aventura de exploración más apasionante que uno pueda emprender.