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sábado, 6 de agosto de 2011

ENCONTRAR LA VERDAD


La verdad no es para aquellos que son respetables, ni para aquellos que deseen su propia expansión, su propia realización.
La verdad no es para los que están buscando seguridad, permanencia, porque la permanencia que buscan no es sino lo opuesto de la impermanencia.
Estando atrapados en la red del tiempo, buscan lo permanente, pero lo permanente que buscan no es lo real, ya que es producto de su pensamiento.
Por lo tanto, el hombre que quiera descubrir la realidad, debe dejar de buscar, lo cual no quiere decir que deba contentarse con lo que es.
Por el contrario, un hombre empeñado en el descubrimiento de la verdad, debe ser internamente un revolucionario completo.
No puede pertenecer a ninguna clase social, a ninguna nación, a ningún grupo, a ninguna ideología o religión organizada, porque la verdad no se encuentra en el templo ni en la iglesia, no puede hallársela en las cosas hechas por la mano o por la mente.
La verdad se manifiesta sólo cuando las cosas de la mano o de la mente son puestas a un lado, y poner a un lado las cosas de la mano o de la mente no es una cuestión de tiempo.
La verdad llega a quien está libre del tiempo, a quien no usa el tiempo como un medio de expansión propia.
El tiempo implica memoria del ayer, memoria de mi familia, de mi raza, de mi carácter particular, de la acumulación de experiencias propias que componen el «yo» y «lo mío».

Jiddu Krishnamurti

domingo, 31 de julio de 2011

FALSA IDENTIDAD


Tú forjas un concepto de ti mismo, el cual no guarda semejanza alguna contigo.
Es un ídolo, concebido con el propósito de que ocupe el lugar de tu realidad.
El concepto de ti mismo que el mundo te enseña no es lo que aparenta ser, pues se concibió para que tuviera dos propósitos, de los cuales la mente sólo puede reconocer uno.
El primero presenta la cara de inocencia, el aspecto con el que se actúa.
Ésta es la cara que sonríe y es amable, e incluso parece amar.
Busca compañeros, contempla a veces con piedad a los que sufren, y de vez en cuando ofrece consuelo. Cree ser buena dentro de un mundo perverso.
Este aspecto puede disgustarse, pues el mundo es perverso e incapaz de proveer el amor y el amparo que la inocencia se merece.
Por esa razón, es posible hallar este rostro con frecuencia arrasado de lágrimas ante las injusticias que el mundo comete contra los que quieren ser buenos y generosos. Este aspecto nunca lanza el primer ataque.
Pero cada día, cientos de incidentes sin importancia socavan poco a poco su inocencia, provocando su irritación, e induciéndolo finalmente a insultar y a abusar descontroladamente.
La idea de un concepto del yo no tiene sentido, pues nadie aquí sabe cuál es el propósito de tal concepto, y, por lo tanto, no puede ni imaginarse lo que es.
Todo aprendizaje que el mundo dirige, no obstante, comienza y finaliza con el solo propósito de que aprendas este concepto de ti mismo, de forma que elijas acatar las leyes de este mundo y nunca te aventures más allá de sus sendas ni te des cuenta de cómo te consideras a ti mismo. Ahora tienes que encontrar un modo de ayudarte a comprender que el concepto de ti mismo que has forjado tiene que ser des-hecho si es que has de gozar de paz interior.
Y no se puede desaprender, excepto por medio de lecciones cuyo objetivo sea enseñarte que tú eres otra cosa. Pues de lo contrario, se te estaría pidiendo que intercambiases lo que ahora crees por la pérdida total de tu ser, lo cual te infundiría aún mayor terror.

UCDM.

sábado, 23 de julio de 2011

MIEDO


¿Qué es el miedo? El miedo sólo puede existir con relación a algo, no aisladamente. ¿Cómo puedo tenerle miedo a la muerte, cómo puedo tener miedo de algo que no conozco? Sólo puedo tener miedo de algo que conozco. Cuando digo que la muerte me da miedo, ¿temo realmente a lo desconocido ‑o sea a la muerte- o tengo miedo de perder lo que he conocido? Mi miedo no es a la muerte, sino a perder mi asociación con las cosas que me pertenecen. Mi miedo existe siempre en relación con lo conocido, no con lo desconocido.
El miedo existe mientras hay acumulación de lo conocido, lo cual engendra temor de perder. El miedo a lo desconocido es por tanto el temor de perder las cosas conocidas que he acumulado. La acumulación invariablemente significa temor, el cual a su vez significa dolor; y en el momento en que digo "no debo perder", hay miedo. Aunque mi intención al acumular sea la de evitar el sufrimiento, éste es inherente al proceso de la acumulación. Las cosas mismas que yo poseo engendran miedo, es decir, dolor.
¿Sabemos ahora qué es el miedo? ¿No es la no aceptación de lo que ese Debemos comprender la palabra "aceptación". No estoy empleando esa palabra en el sentido del esfuerzo que se hace por aceptar. No es cuestión de aceptar cuando soy capaz de ver lo que es. Cuando no veo claramente lo que es, entonces hago surgir el proceso de la aceptación. De suerte que el miedo es la no aceptación de lo que es. ¿Cómo puedo yo, que soy un manojo de todo estas reacciones, respuestas, recuerdos, esperanzas, depresiones, frustraciones, que soy el resultado del movimiento de la conciencia obstruida, ir más allá? ¿Puede la mente, sin esta obstrucción y estorbo, ser consciente? Sabemos qué extraordinario júbilo se produce cuando no hay estorbo. Bien sabéis que, cuando el cuerpo está en perfecta salud, hay cierto gozo y bienestar. ¿Y acaso no sabéis, cuando la mente está completamente libre, sin obstrucción alguna, cuando el centro de reconocimiento ‑el "yo"- no está ahí, que experimentáis cierto júbilo? ¿No habéis vivido ese estado en que el "yo" está ausente? Por cierto que todos lo hemos vivido.
Jiddu Krishnamurti

sábado, 16 de julio de 2011

AUSENCIA DE PRESENTE


Las escenas de nuestra vida se asemejan a las imágenes
de un mosaico basto, que no hacen efecto de cerca sino
que hay que permanecer lejos de ellas para encontrarlas hermosas.
Por eso, conseguir algo que se ha anhelado vivamente
significa descubrir que es vano; y siempre vivimos con la esperanza de algo mejor y a menudo también con la contrita nostalgia del pasado.
El presente, en cambio, lo toleramos solo de momento y lo estimamos en nada, como el camino para la meta.
Por eso la mayoría de los hombres, cuando al final vuelvan la vista atrás, descubrirán que han vivido toda su vida ad interim [de forma provisional] y se sorprenderán de ver que aquello que dejaron pasar de largo sin advertirlo ni disfrutarlo era precisamente su vida, justo aquello que pasaron la vida esperando.
Y así la vida de los hombres es por lo regular eso: alimentada por la esperanza, baila en brazos de la muerte.

jueves, 7 de julio de 2011

CREACION EN DUALIDAD


" DIOS CREO EL BIEN.

" DIOS CREO EL MAL.

" EL MAL LO CREO BIEN.

" EL BIEN LO CREO MAL.

( EPITAFIO EN UNA TUMBA DE CASTILLA)

martes, 5 de julio de 2011

ACTIVIDAD EGOCENTRICA


La mayoría da por supuesto que la actividad egocéntrica es cosa natural, y que la acción consiguiente es inevitable, pudiendo tan sólo ser modificada, controlada y plasmada.
Ahora bien, aquellos que son un poco más serios, más fervorosos, no "sinceros" ‑porque la sinceridad es el modo de engañarse a sí mismo-, habrán de descubrir cómo el hombre, dándose totalmente cuenta de este extraordinario proceso de la actividad egocéntrica, puede ir más allá.
Para comprender qué es esta actividad egocéntrica, es evidente que uno debe examinarla, observarla, darse cuenta del proceso entero. Si uno puede darse cuenta de él, hay entonces la posibilidad de su disolución.
Pero el darse cuenta de él requiere cierta comprensión, cierta intención de enfrentar la cosa tal cual es, mirarla tal cual es, y no interpretarla, ni modificarla, ni condenarla.
Tenemos que darnos cuenta de lo que hacemos, de toda actividad que proviene de ese estado egocéntrico; debemos ser conscientes de ella.
Esa es una de nuestras primordiales dificultades, porque no bien somos conscientes de esa actividad, queremos plasmarla, queremos controlarla, queremos condenarla o modificarla; pero jamás estamos en condiciones de mirarla directamente, y, cuando lo hacemos, muy pocos de nosotros somos capaces de saber qué hacer.
Este proceso egocéntrico es resultado del tiempo, ¿verdad? Mientras exista este centro de actividad en cualquier dirección, consciente e inconsciente, existe el movimiento del tiempo y yo soy consciente del pasado y del presente en conjunción con el futuro.
La actividad egocéntrica del yo es un proceso del tiempo. Es la memoria que da continuidad a la actividad del centro, que es el "yo".
Si os observáis y os dais cuenta de este centro de actividad, veréis que él es sólo el proceso del tiempo, de la memoria, de "vivenciar" e interpretar toda experiencia de acuerdo con una memoria; vosotros también veréis que la actividad del "yo" consiste en reconocer, que es también el proceso de la mente.
El proceso del tiempo no es, por cierto, revolucionario.
En el proceso del tiempo no hay transformación; sólo hay continuidad y no hay terminación. En el proceso del tiempo hay tan sólo reconocimiento. Sólo cuando cesa completamente el proceso del tiempo, la actividad del "yo", ocurre una revolución, una transformación, surge lo nuevo.
Dándose cuenta de este proceso integro, total, del "yo", en su actividad, ¿qué habrá de hacer la mente? Lo nuevo sólo adviene con la renovación, con la revolución, no a través de la evolución, ni del devenir del "yo"; adviene cuando el "yo" cesa por completo.
El proceso del tiempo no puede traer lo nuevo; el tiempo no es el medio de la creación.
El amor no es el tiempo. No podéis dar con él por ningún esfuerzo consciente, por ninguna disciplina, por la identificación, todo lo cual es un proceso de tiempo.
La mente, que sólo conoce el proceso del tiempo, no puede reconocer el amor. El amor es la única cosa nueva, eternamente nueva.
Es porque la mayoría de nosotros hemos cultivado la mente ‑la cual es el resultado del tiempo- que no sabemos qué es el amor.
Hablamos acerca del amor; decimos que amamos a la gente, a nuestros hijos, a nuestra esposa, al prójimo; decimos que amamos la naturaleza; pero en el momento en que somos conscientes de que amamos, la actividad del "yo" ha surgido; y, por lo tanto, ello deja de ser amor.
No necesitamos buscar la Verdad.
La Verdad no es algo que se halle muy lejos. Es la verdad acerca de la mente, la verdad acerca de sus actividades, de instante a instante.
Si nos damos cuenta de esta verdad de instante en instante, de todo este proceso del tiempo, esta captación deja en libertad la conciencia, o la energía que es inteligencia, que es amor.
Mientras la mente utilice la conciencia como actividad del "yo", surge el tiempo con todas sus miserias, con todos sus conflictos, con todos sus daños, sus engaños intencionales; y sólo cuando la mente, comprendiendo ese proceso total, haya cesado, surgirá el amor.

Jiddu Krishnamurti




sábado, 7 de mayo de 2011

LA IDEOLOGÍA Y LA ESTRUCTURA DE LA ESQUIZOFRENIA

La característica común de las ideologías es el pensamiento dualista, ligado a determinadas regiones de la corteza cerebral.
La ideología mostraria la misma estructura que la esquizofrenia: la historia no se vive, sino que se sueña.
Esta visión dualista del mundo, al ser mas simple,es fácilmente adoptada por la mayoría de la población, donde queda asentada emocionalmente.

Hay dos usos del término ideología: un uso peyorativo de la ideología como “pensamiento falso” (deforme, engañoso) y un uso descriptivo de la ideología como “visión del mundo” y como “justificación o promoción de un sistema político”.

Y también es cierto que la ciencia no se libra del pensamiento dualista que puede observarse en numerosas ocasiones a lo largo de su historia. Pensemos, por ejemplo, en las antinomias energía y materia, tiempo y espacio, partícula y onda, big bang y big crunch, etc., en física.
O en biología las antítesis genética o medio ambiente, o evolución continua o discreta. O en política la división entre derechas e izquierdas, progresistas y conservadores.

Podríamos prolongar esta lista en todas las demás disciplinas, sean mitología, religión o filosofía, para concluir que el pensamiento dualista es ubicuo y que nos hace sospechar, como ya he expresado en otra ocasión, que podría ser una categoría más de nuestra mente, una especie de anteojos con los que observamos el mundo que nos rodea.

En la falsa consciencia y en la ideología la situación histórica de las relaciones humanas se vive de forma a-histórica, natural, espacialmente dada: se trataría de una disociación esquizofrénica de la vivencia espacio-tiempo, de la cosificación del proceso temporal.

Esta disociación siempre es desvalorizante, porque la ambivalencia del devenir histórico se divide de forma maniquea y “el mal” se convierte en “otra cosa distinta”, se proyecta hacia fuera.

Hace muchos siglos que la filosofía hindú, especialmente el Vedanta Advaita, hizo hincapié en la no-dualidad (que es lo que significa en sánscrito advaita), entendiendo que la visión del mundo que nos ofrece el sentido común es una ficción creada por los conceptos que la mente superpone a las percepciones.
Las experiencias que llamamos místicas esa función cognoscitiva no está presente y las antinomias, como división entre el yo y el mundo, desaparecen, fusionándose el individuo con Dios, el Vacío, la Nada o la Naturaleza.

Con otras palabras: la visión dualista no es la única de la que el cerebro es capaz. También lo es la visión no-dualista que ya era conocida hace muchos siglos por la filosofía hindú.
La expresión por signos estaba ligada presumiblemente al sistema emocional del cerebro, al sistema límbico. Y sabemos que en el funcionamiento del sistema límbico no existen las antinomias, es más, en los ensueños, por ejemplo, en los que el inconsciente está activo, los términos antitéticos no crean ningún problema y pueden darse conjuntamente.

Es, pues, de suponer que el pensamiento dualista, lógico-analítico, humano está ligado al funcionamiento de determinadas regiones de la corteza cerebral y que su surgimiento es relativamente tardío en el desarrollo de la mente de los homínidos.

¿Cuál sería la ventaja evolutiva de un pensamiento de estas características? En primer lugar, sabemos que el cerebro no está interesado en términos absolutos, sino relativos.

En la visión, la cantidad de luz no es interesante, sino los contrastes. Y en todo el sistema nervioso lo que se registra son comparaciones, basadas en un mecanismo que llamamos inhibición lateral, que es el que crea esos contrastes, mecanismo presente no sólo en todos los órganos de los sentidos, incluida la piel, sino también en todo el Sistema Nervioso Central.

No sería, pues, extraño que el pensamiento estuviese basado también en el mismo principio de contraste que se refleja en el pensamiento dualista. ¿Qué mayor contraste para un concepto que su antítesis?

En segundo lugar, la lógica está basada también en términos contrapuestos. Por tanto, es de suponer que las estructuras que sostienen nuestra capacidad lógico-analítica, con la que analizamos el mundo, son las mismas que albergan ese ‘operador binario’ es un operador importante para las experiencias religiosas, estéticas y, especialmente, para la formación de mitos.

Si esto es cierto, entonces la ideología supondría una vuelta a un pensamiento más primitivo, más simple, con un componente fuertemente emocional, tal y como lo es en la esquizofrenia.
La unión del pensamiento fuertemente maniqueo con ese componente emocional conduciría a la demonización del contrario, a explicar toda la historia simplificándola; en el caso, por ejemplo, de la ideología nazi, como una lucha entre razas, y en el caso del comunismo como una lucha entre clases. De la demonización del adversario a la tendencia violenta a su liquidación no hay más que un solo paso.

Así que un instrumento cognoscitivo que nos permite analizar el mundo, como es el pensamiento dualista, sin duda desarrollado en la evolución por alguna ventaja adaptativa, tiene también su parte negativa expresada paradigmáticamente en las ideologías con consecuencias desastrosas para la humanidad.
El conocimiento de sus ventajas e inconvenientes deberá ponernos en guardia para evitar en el futuro esas consecuencias negativas.

sábado, 30 de abril de 2011

¡ DIOS MIO !


Y Dios,
sorprendiendo a Adán y Eva
les dijo:
! Continuad por favor,
por no os preocupéis,
Haced como si no existiera.

miércoles, 9 de marzo de 2011

IDOLATRIA

¿Adoramos imagenes?
¿Las veneramos?
Oviamente todo empieza por los ojos que reciben o receptan energía electromagnética-fotones (es decir la luz), en la parte delantera de los ojos la luz atraviesa la lente que es la pupila y el diafragama o regulador de luz que es el iris); luego de esto la luz es transducida (así se dice) en la retina como señales nerviosas, las señales nerviosas en la retina van por el par de nervios ópticos que salen de cada ojo y se cruzan entre los ojos y el cerebro en un lugar llamado quiasma óptico, la doble imagen de cada objeto que dan los 2 ojos permite al ser humano tener una visión binocular que es estereoscópica (o de 3D, tres dimensiones con sensación de relieve y profundidad y distancias), en la retina existen celulas llamadas bastoncillos los bastoncillos son de tres tipos: unos adaptados para percibir la luz en la longitud de onda correspondiente al rojo (la longitud de onda de luz visible más larga perceptible por el ser humano) otros para la longitud de onda de los fotones correspondientes al verde (longitud de onda intemedia) y otros bastoncillos adaptados para el azul (longitud de onda electromagética-fotónica más corta perceptible por el ser humano); luego cuando las tres señales nerviosas correspondientes a los tres colores indicados llegan al cerebro (vía nervio óptico y quiasma óptico) son procesadas por el cerebro en sus dos hemisferios (hemisferio derecho y hemisferio izquierdo, el hemisferio derecho parece dar más importancia a la percepción de conjunto mientras que el hemisferio izquierdo parece dar más importancia a los detalles "analizando" lo que se percibe), en la parte posterior de cada uno de los hemisferios cerebrales, en la superficie posterior de cada uno de estos hemisferios se ubica el lóbulo occipital, la corteza o córtex cerebral de los lóbulos occipitales de ambos hemisferios cerebrales se dedica a la re-composición de las señales recibidas desde los ojos transformándolas en imágenes (por ejemplo, en la corteza de los 2 lóbulos occipitales las tres señales de color rojo, azul y verde se combinan para dar imágenes pancromáticas (es decir de todos los colores que el ser humano percibe).
  • Las imágenes que percibimos son interpretaciones de la realidad, no la realidad misma, pero las consideramos reales,las amamos y las adoramos otorgándoles realidad.
  • Existe una realidad que no es observable ni reemplazable por representaciones simbólicas, pero que el velo de imágenes que el cerebro construye impide presenciar.
  • Toda imagen esta constituida por recuerdos que obviamente están archivados en la memoria, por lo tanto constituyen el pasado y eso es lo único que podemos contemplar siempre nuestro pasado.

domingo, 6 de marzo de 2011

CAMINO


Cada camino es uno Tienes que ser un hombre fuerte y tu vida tiene que ser verdadera… ¿Qué es una vida verdadera? Una vida que se vive con la certeza nítida de estar viviéndola: una vida buena, fuerte.

- Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino y, si sientes que no debes seguirlo, no debes seguir en él bajo ningún concepto. Para tener esa claridad, debes llevar una vida disciplinada, sólo entonces sabrás que un camino es nada más que un camino y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo, si eso es lo que tu corazón te dice.

- Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte [...]Puedo decir que en mi vida he recorrido caminos largos, largos pero no estoy en ninguna parte. [...] ¿Tiene corazón ese camino? Si tiene, el camino es bueno, si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte. El otro te debilita.

- Pero, ¿Cómo puedo estar seguro de si un camino tiene corazón?Cualquiera puede saber esto. El problema es que nadie se hace la pregunta y cuando uno por fin se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo. En esas circunstancias muy pocos hombres pueden pararse a considerar, y más pocos aún pueden dejar el camino.

Mi pregunta de hoy es sencilla: Releer aquel texto que más te haya resonado. Sólo eso.

Espero y deseo que inicies o continúes en un camino con corazón… ¡

viernes, 25 de febrero de 2011

TIEMPO MULTIDIMENSIONAL


…Si (David) Bohm está en lo cierto en sus conjeturas y el universo es un gigantesco holograma multidimensional, semejante orden holográfico subyacente no puede menos que tener profundas consecuencias para muchas de las nociones de la realidad basadas en el sentido común, por ejemplo,en un universo holográfico el tiempo y el espacio ya no serían considerados fundamentales debido a que el universo sería entendido como poseedor de un nivel más profundo, donde conceptos como el de “localización” pierden su consistencia; el tiempo y el espacio tridimensional, como las imágenes del pez en los receptores de televisión, tendrían que ser vistos como proyecciones de este nivel más profundo. Dicho de otro modo, en el super-holograma del universo el pasado, el presente y el futuro se pliegan estrechamente entre sí y existen en forma simultánea. Esto sugiere que incluso sería posible, alguna vez, rescatar del olvido el pasado más distante a partir de la noción del universo como un super-holograma3.

En la década de 1960, mientras Bohm miraba un programa científico televisado, él descubrió otra metáfora que permite visualizar un orden plegado. En dicho programa, el relator presentó un interesante fenómeno en que intervenían una gota de tinta y un jarro de diseño especial que contenía un cilindro rotativo y un estrecho espacio relleno de glicerina. Primero, el narrador depositó una gota de tinta en el cilindro. A continuación, hacía girar una manivela por cuyo efecto el cilindro rotaba y la tinta quedaba plegada
a la glicerina hasta desaparecer. Empero, cuando se hacía girar la manivela en sentido contrario, la gota original de tinta reaparecía como si se desplegara de la glicerina y recobraba su forma inicial. Este hecho ofreció a Bohm una metáfora para explicar con exactitud el tipo de proceso que conceptualizaba.

En términos de tiempo, el universo tal como lo percibimos, con su sucesión de momentos aparentemente separados, sería la gota de tinta una vez que la manivela haya estirado hasta untarla bajo forma de una larga cinta. No somos capaces de percibir que el tiempo en el nivel del super-holograma posee una estructura coherente y continua, debido a que esa estructura está plegada o implicada en el nivel del universo que conocemos “secretamente”. El tiempo y el espacio tridimensional no son, a juicio de Bohm, los únicos procesos que se entienden mejor si se los ve como plegados y desplegados al interior y al exterior del “orden implicado”.”

Extracto del ensayo:
El universo como holograma multidimensional y su conexión con la mente”,
de Raúl Corral Quintero, profesor-investigador de tiempo completo de la UAM-Iztapalapa.

Si como la metáfora de David Bohm sugiere, el universo es una gota de tinta, y lo que percibimos es una proyección de esta como la gota de tinta estirada en extremo o proyección infinita, lo que conocemos por espacio-tiempo. ¿Como podemos percibir esto si sólo es un punto, una gota? Para estirar la gota y crear lo que percibimos como nuestra realidad, es necesario mover la manija, y esta manija podría la mente, como proyección holográfica de la conciencia infinita y eterna, silencio y vacio, Aquí y Ahora, la Vida Una. En consecuencia de este “movimiento” mental, creamos el “tiempo”, y el aparente moviemiento físico, pués ambos son complementarios: no puede existir tiempo “3D” sin movimiento y viceversa.

Posteriormente la teoría de cuerdas bosónicas de 26D, o supercuerdas 10D o la teoría M con 11D, coinciden con las conjeturas de David Bohm, y por supuesto, la teoría de la realidad holográfica universal que él mismo propuso. Científicos Michio Kaku, Bruce Lipton, Masaru Emoto, o filósofos como Stuart Wilde trabajan en la misma línea y se encargan de paso a paso de aportar pruebas e incluso experiencias personales al respecto.

Con esta premisa, el mensajes de Eckhart Tolle, Zen, o de Krishnamurti, íntimo amigo y gran influencia para el propio Bohm, cobra otra dimensión. Como cuenta el mitu hindú: “La conciencia humana comenzó como una ondulación que decidió dejar el océano de conciencia – lo atemporal, ubicuo y eterno. Cuando se despertó en este estado ‘desconectado’, olvidó que era la parte del océano infinito y se sintió aislada y separada.”

Tal vez esto arroje luz sobre el enigmático planteamiento de mi koan Zen preferido:

“…Ni la bandera ni el tiempo se mueven, es la mente la que se mueve”

jueves, 3 de febrero de 2011

METÁFORA MORTAL


Morí joven, con tan sólo 28 años recién cumplidos.

Entre los muertos no existe esperanza alguna pues sabemos que ya lo estamos para toda la eternidad.

Y eso es mucho tiempo, es todo el tiempo y, también, no es ningún tiempo.

Me explico: resulta que tan pronto como mueres entras en una dimensión atemporal, y mientras que para nosotros no pasa el tiempo, no hay pasado ni futuro, estamos muertos y punto, en un punto fijo y eterno, sabemos que en la dimensión donde transcurre la vida todo fluye desde un antes a un después.

Evidentemente, cuesta hacerse entender desde el momento en que me estoy expresando con el lenguaje de los vivos.

Y no estoy mal porque tampoco estoy bien, tan siquiera estoy aunque soy sin estar. Como dije, expresar el otro lado es bastante difícil.

En fin, dejando de lado este gran detalle de mi muerte quisiera comentar lo que me ha llevado a la situación de escribir un párrafo desde mi tumba (aunque no es verdad que lo que queda de mi yo consciente siga enganchado a este montón de carne putrefacta): Disfruté tanto mientras me moría que quisiera volver a vivir sólo por poder volver a morir.

Por cierto, me morí de risa.