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La duda razonable es necesaria para que la mente, por fin comprenda su realidad, y el papel que desempeña en la misma.
Es mas un real posicionamiento en la estructura que ella misma ha fabricado y cual es su autentica función, así como deshacer todas las distorsiones que ha perpetrado en si misma.
Jesús las definía así :"AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU FUERZA, Y CON TODA TU MENTE, Y A TU PROJIMO COMO A TI MISMO." Lucas 10.27
Y AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE, Y CON TODA TU FUERZA. Marcos12.30
AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZON, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE.Mateo22.37
Pero desde allí buscarás al SEÑOR tu Dios, y lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.Deuteronomio4.29
Si entendemos que Dios no es un personaje, sino la VERDAD, y amamos la VERDAD, por encima de lo falso.
Si alineamos la mente, el corazón, y la fuerza, generando una intensidad emocional de búsqueda sincera de la VERDAD.
Y si con el corazón volcado en ese fervoroso deseo de autenticidad, nos dirigimos a nuestro prójimo, la falsa imagen que de el hemos creado, desaparece para surgir la Faz del Ser que es el autentico creador, tanto de nuestro prójimo como de nosotros mismos.
Al reconocerlo nos reconoLa mente cuando opera en su grandeza, que es su estado natural, es creadora por su propia naturaleza.
Ademas posee otras capacidades secundarias que derivan de la primera, como la facultad de fabricar imágenes.
Nada sucede cuando lo hace siendo consciente de que es ella misma quién las está fabricando, pero si la conciencia de realidad se fragmenta, surge la división de capacidades, a partir de ahí ya no es consciente, no solo de que fabrica sus propias imágenes, sino y eso es lo trágico, acaba fabricando una imagen de si misma, que la representa entre el resto de imágenes.
Al no reconocer ya que son sus propias imágenes, las interpreta y les otorga realidad (adora imágenes, ídolos) fabricando una realidad de imágenes que substituye la auténtica realidad, ya que la fé que deposita en lo que fabrica, bloquea la capacidad de atravesar dichas imágenes y captar la realidad, es como un velo donde se proyectan la parte de su propia mente, que al fragmentarse, ya no reconoce.
¿Como atravesar ese velo? Lo primero es reconocer que las imágenes que observamos son el fruto de un proceso mental, pero para interpretar algo tiene que haber algo anterior que esta siendo interpretado.
cemos como causa y efecto.
Creador y creado frente a frente, envueltos en la totalidad del amor del universo.
En ese instante la comprensión de la implicación de tu prójimo como tu mismo, o parte del todo cobra sentido, un sentido nuevo que por fin es unificado dentro del esquema mental que habíamos fabricado.
La experiencia es como una luz que corrige la confusión que en la mente experimentaba, aunque el amor no conquista todas las cosas, si las pone en su debido lugar.
La revelación produce una suspensión completa, aunque temporal, de la duda y el miedo.
La sensación de alegría me embargaba mientras leía, era tan poderosa, que me proporcionaba una sensación de felicidad, en el reconocimiento de que en algún momento o lugar, aquello que mi mente interpretaba al leer, era un sentimiento de haber encontrado lo que estaba buscando, la sensación de la certeza de que era así, me acompañaba.
Por momentos la alegría se transformaba en satisfacción, la satisfacción en gozo, y seguía aumentando en frecuencia e intensidad.
En determinados momentos la intensidad se volvía tan elevada, que entonces sucedía, la mente daba un salto, la realidad tal como la había contemplado hasta ese momento desaparecía, y en su lugar, aquello que eran palabras en un libro se transformaban en imágenes que cobraban VIDA
El nivel de comprensión que se alcanzaba era inimaginable, la cantidad de información que podía comprender de forma simultánea, era prácticamente infinita, no necesitaba procesar e interpretar lo que estaba sucediendo, en esa experiencia, había una certeza absoluta de todo lo que sucedía, me sentía vivo como jamas antes me había sentido, amado como jamas antes podía haber llegado a sentir.
La comunicación que se establecía entre lo que yo creía ser, y algo, que aunque no se percibe, siempre había sentido su presencia, era como un diálogo de confirmación, que aplacaba las dudas, vencía la soledad, pues aunque haya otras personas siempre eran ajenas a mí.
Pero aquello estaba sucediendo en mí, no entre yo y otro, sino entre mi ser y algo que había en mí ser mayor que yo mismo, no existía la distancia de separación que existe cuando te comunicas con otro.
Durante un tiempo, sin tiempo donde el miedo desaparecía y se alcanzaba la certeza, la desaparición de todo concepto, incluso mas allá de lo que sucediera, la sensación de gozo es tan absoluta, un perfecto éxtasis de sentir solo el ser, sin nada mas añadido.
El EGO, que ha diseñado un mundo falso, pero aparentemente lógico, encaja sus falsedades una con otra, creando una estructura continua, jamás deja nada sin respuesta.
Su aparente sistema tiene una lógica impecable aunque demente, opera con la habilidad de un timador llevada a la genialidad.
Siempre intentara desvirtuar todos los hechos a su conveniencia, por eso la pregunta ¿Crees en Dios? tiene una trampa añadida.
Intenta transformar a Dios en una creencia, la cual dependerá de nuestra aceptación, nos quiere hacer creer que la existencia de Dios depende de que creamos en él.
La mente, que solo puede procesar la información a través de imágenes, intentara formar una imagen de lo que piensa que Dios es, lo cual solo puede conducir a una profunda fe pragmática, que conduce al fanatismo, o la evidencia de lo absurdo que acabará transformándote en ateo.
Dios es un HECHO, que todos conocemos, y en ello entraña la dificultad de reconocerlo, para reconocer algo hay que observarlo, y para observar algo, tiene que ser ajeno a nosotros.
Tendemos a creer que Dios es un personaje, con identidad, algo semejante a nosotros, sin embargo la relación entre un ser humano y Dios, es mas bien, como el hombre y su hogar, como el espacio donde hemos nacido, crecido y evolucionado, donde nos sentíamos acogidos, protegidos y amados, una evocación de una infancia donde la felicidad era perfecta, el amor total y el miedo no existía.
Esa experiencia se reconoce como la transfiguración, donde la intensidad del amor es tan viva, que todo lo que es falso desaparece, y solo queda lo verdadero, pues nos hallamos con Él y en Él.
Cuando era niño, jugábamos en la calle a esconderse, todos se esconden, menos uno que se tapa los ojos y cuenta, luego tiene que buscar a los demás.
Una tarde ya oscurecido estábamos jugando, y a mi me tocaba buscar a los demás, que se escondían, tras buscarlos un rato sin encontrarlos, mi mente súbitamente comprendió:
Todos los demás se habían puesto de acuerdo para marcharse a sus casas, era el único que jugaba, no había nadie mas, los demás ya no estaban, todos habían desaparecido, una sensación de estupidez, burla, me invadió, un sudor frío invadió mi cuerpo, sensaciones de angustia presentimientos de algo que venía a mi mente, de algo antiguo que había olvidado y que se repetía y volvería a suceder.
La primera vez que el YO conceptual se deshizo, volví a experimentar la misma sensación de soledad.
Sin el concepto del Yo, el concepto de OTRO, también desaparece, se diluyen como fantasmas, como humo arrastrado por el viento, los compañeros de este juego de interacción continua, al que denominamos vida, desaparecen, durante un momento pareciera recordar que hubo algo que pasaba, pero inmediatamente la mente que sin el YO no puede concebirlo, lo descarta como una idea absurda y la rechaza.
Es como si de repente se diera cuenta que estaba fija, mirando a un solo lugar, y que súbitamente se libera de ese anclaje, experimentando la capacidad de mirar en otra dirección, teniendo un amplio campo de posibilidades donde elegir.
Por un instante siente la añoranza de sus viejos compañeros de juego, al mismo tiempo que reconoce lo ilusorio de dicho juego, lo descarta, y con una sensación de libertad que antes no tenía continua existiendo.
El núcleo de la vida surge de la luz, no nos referimos a la luz que ilumina los objetos, es conciencia pura, la llamamos luz por su alta vibración, pero se asemeja mas al agua por su densidad, agua viva, luz de vida.
En su estado natural crea la realidad al asociarse con estructuras que contengan algún orden, utiliza la memoria pero no genera recuerdos, sin recuerdos no hay pasado, sin pasado no hay futuro, presente continuo atemporal y eterno ya que al carecer de identidad no esta sujeta a transformaciones ni cambios.
Cuando el núcleo esencial adopta una identidad, un YO procede a interactuar con el entorno, genera experiencias de cambio, lo cual requiere de procesos generando el tiempo y el espacio.
El núcleo se ve invadido por una estructura densa que lo envuelve y emite una fuerte radiación vibratoria muy intensa que resulta extremadamente desagradable.
Esa sensación interna, nos impide acceder a nuestro centro interior, nos crea un malestar continuo que incesantemente intentamos calmar con elementos externos,bien sensaciones, emociones,o acciones, pero la sensación aparece de nuevo generandonos una irritación que debemos calmar continuamente y nos impide estar en paz.
Para calmarla surgen los deseos y rechazos sobre lo que observamos, ya que nos impulsa continuamente y de forma compulsiva a poseer.
Cuando se alcanza la paz interior o silencio interno esa irritación cesa, el impulso inquieto de movimiento cesa, el dialogo interno cesa, de forma súbita sentimos una profunda sensación de calma y paz que no guarda relación con el entorno, ni con lo que parece suceder exteriormente, sea lo que sea lo que ocurra no puede alterar esa calma.
No somos conscientes de esa irritación ya que crecemos con ella y parece ser el estado natural de lo que somos.
Pero al detenerse se abre el acceso al núcleo interior, fluyendo una sensación de liberación como jamas antes habías sentido, una paz que supera todo razonar.
Es necesario conocer de forma intelectual las cosas para realizarlas posteriormente, de no realizarlas se queda en mero conocimiento almacenado.
Aunque muchos afirmen ser portadores de la verdad, podremos creer en ellos o no, dependiendo de la confianza que nos inspira dicha persona, pero siempre seguirá siendo la verdad de otro, algo que podemos creer o no.
La verdad tiene que ser experimentada por el que la busca, la respuesta, es siempre una experiencia de la verdad, y así sera nuestra.
Muchos hablan de lo ilusorio de lo real, pero como poder experimentarlo, para comprenderlo de forma que se integre como una experiencia vívida.
En el budismo, existe una técnica en el que se utiliza los mándalas, realizando una visualización del dibujo de forma tridimensional, evidentemente es una labor muy persistente y que requiere gran concentración en la meditación.
Cuando ello se logra se pone de manifiesto la capacidad de la mente de construir imágenes, llegando al punto de tener movilidad en el interior de las imágenes y poder pasearse por ellas y observarlas desde varios ángulos.
Lo sorprendente es que enseguida se reconoce una extraña familiaridad entre las imágenes que observamos, que tenemos conciencia de ser nuestra creación y las que antes creíamos que formaban un mundo externo a nosotros, con el que no teníamos nada que ver.
La mente no puede diferenciar unas de otras, y así llega la comprensión de que toda imagen es una creación de la mente.
Quizás no hemos encontrado la verdad, pero experimentamos que lo que creíamos que era la realidad no es tan real como parece.
Eso nos permite desbloquear la mente y dirigirla en otra nueva dirección al haber comprendido los engaños de la percepción.