Rene Levi, ha sido un personaje carismático, lleno de fuerza que desbordaba alegría y humor, sabiendo como transmitirla, desde una sencillez y una profundidad que contagiaba.
Impulsor de la macrobiotica, siendo discípulo directo de Georges Ohsawa, el cual introdujo dicha disciplina alimentaria originaria del Japón y procedente de los monjes zen, los cuales crearon una forma de alimentación que estuviera de acorde a su forma de vida.
Siempre Rene estuvo entregado a los demás, sanando aquellos que la medicina tradicional consideraba como desahuciados, incluso y era su mayor orgullo a sus propios padres, que después de que sus hermanos hubieran hecho todo lo posible por ellos con los médicos, los trajo a Cocina y Salud sanàndolos.
Los libros transmiten un conocimiento, pero entender la macrobiotica necesita espíritu sin eso resulta incomprensible, y Rene era todo espíritu macrobiotico, amaba lo que hacia y lo que hacia lo amaba a él, ponía su alma en lo que hacia dándole ese toque Francés de alta cocina macrobiotica.
Transmitía el equilibrio interior, suprimiendo el conflicto de los elementos y armonizándolos para aportar los nutrientes de forma que fueran digeribles en la forma mas eficaz.
Normalmente comemos por los juicios valorativos del sabor, que esta manipulado por el ego, el cual solo tiene dos principios que mantiene en todo lo que hace, desequilibrio y adicción, nos lleva de un extremo al otro, pues solo en el desequilibrio se engrandece y persiste.
Rene diseñaba una alimentación que después de comer no tenia pesadez y saciaba el hambre,nutriendo las células y fortaleciéndolas, creando un equilibrio en las mismas las cuales sanaban y como resultado de esa acción el cuerpo se recuperaba sin importar que tipo de enfermedad estuviera padeciendo, pues no paliaba los efectos sino que corregía las causas.
Han sido miles los que pasaron por allí, sanando enfermedades llamadas incurables,desde lo mas sencillo como es una alimentación equilibrada.
Nos devolviste el poder de la decisión, la enfermedad era algo aleatorio, que podía ocurrir sin mas, contigo aprendimos que toda enfermedad es producida por un desequilibrio y que sabíamos las causas que generaban ese desequilibrio, por lo tanto podíamos decidir enfermar o no enfermar, tan solo era aceptar nuestra responsabilidad en esa decisión, no había otros a quien culpar, nos hiciste responsables de nuestros actos.
Un gran maestro se ha marchado, en la comunicación, en la sanación y en la nobleza de espíritu, a sus 83 años se le encontré en el mercado justo la semana antes de fallecer, comprando y cargando solo su furgoneta con cajas de los mejores,productos que el sabia reconocer para su centro, desbordando alegría y derrochando energía, el día que falleció estuvo cocinando y dando clase por la noche su corazón se detuvo, pero en nuestros corazones dejo ese coraje de aquellos que marchan con la verdad por un camino de sinceridad y esperanza contagiosa.
GRACIAS RENE, por lo que has compartido de ti mismo, GRACIAS por esa entrega desinteresada, GRACIAS por mostrar que en lo mas sencillo esta lo mas verdadero.
Pusiste tu corazón en todo lo que hacías, por eso todos los que tuvimos la suerte de conocerte te llevamos en el nuestro con amor.